Hola Burgos


Mi periplo latinoamericano ha terminado. Llegué a España, a Madrid, en el aeropuerto me esperaban Paloma, Fernando y, ¡Oh! gran sorpresa, también vino mi madre. Ese día volví a ver a mi abuelo que a los 101 años sigue con la cabeza estupenda y el corazón un poco desgastado de tanto querernos a todos. Celebramos en Miraflores la maestría de Marigé y mi llegada. Conocía a mi sobrino Manuel, regordete y sonriente, que nació poco antes de irme a Chile. Tres días en Madrid viendo a familia, compañeros y amigos y me vine a mi nuevo destino en Burgos. En la foto podéis ver lo que veo desde mi ventana, al fondo el perfil de la magestuosa catedral y delante un convento de carmelitas que fue la última fundación de Santa Teresa.

En Burgos tenemos varias instituciones entre las que está la Iglesia de la Merced, Atalaya y el colegio. Aquí voy a trabajar como pastoralista, esto es ayudar a que la gente (alumnos, padres, profesores, feligreses...) puedan encontrar sus propios caminos para estar más cerca de Dios y de los demás. Eso es lo que siempre he querido hacer y, aunque los colegios no entraban en mis planes originales de formación sé que puedo aportar mucho y estoy seguro de que Burgos va a ser un buen sitio para mi. Como otras veces, desde un presente de cambios e incertidumbres doy gracias a Dios por el pasado que me trae aquí y por el futuro como un tiempo de nuevos encuentros y reconocimiento del Señor.

Quiero agradecer a todos los que me habéis seguido los pasos a través de este blog. Veo con alegría que desde marzo, que fue cuando aprendí a ver las estadísticas del blog, más de 2.000 personas han visitado estas páginas, han leído mis historias de vida y han estado muy cerca de mi. Esta ventana informática, en la que he bailado mi tango particular por América Latina, ha sido una mirilla privilegiada para compartir lo de dentro y lo de fuera de las distintas estancias de mis viajes. Con sorpresa descubro que los peldaños de esta Escalera de Tango han sido ascendidos por gentes de los cinco continentes, algunas fueron visitas fugaces, otros son fieles semanalmente en especial en Chile (Saludos a Tomás en Santiago y al colegio de San Javier en Puerto Montt), Uruguay (Viva Zapará) y Venezuela (en el corazón). Y, como no, desde muchos rincones de España, en especial Madrid (la familia que tira mucho) y Coruña (Miña Terra Galega). Quisiera agradecer a alguien que no conozco y que desde Monroe (USA) me ha seguido los pasos con perseverancia. Y así a los que me han visitado desde los rincones más insospechados de este mundo que cada vez se hace más pequeño con los avances técnicos. Un mundo al que voy a seguir enganchado desde Burgos, completando el Blog, según vayan surgiendo novedades que contar.

Ahora he llegado a las fiestas de la ciudad. Yo les dije que no eran necesarios los fuegos artificiales para recibirme, pero se empeñaron, qué se le va a hacer. Los primeros contactos con la comunidad y el colegio son todos muy positivos. Trabajaré en julio con Atalaya, una asociación jesuítica burgalesa para los inmigrantes y me iré adentrando en la ciudad hasta que en septiembre empiece mi trabajo más directo en el colegio. Voy caminando confiado en Dios y en las personas que Él va poniendo en mi camino. Gracias a todos por estar ahí.

Adios Venezuela


Todo lo bueno tiene un final y a mi me toca despedirme de América y regresar a la vieja Europa. Tras nuevas visitas a las comunidades y celebrar más tandas de bautizos (en total en Venezuela he bautizado más niños que todos los demás años de cura, incluyendo al negrito de la foto), después de despedirme de la comunidad y amigos, el 15 de junio salí de El Nula con destino a Caracas, durante un par de días estuve viendo una cara de la capital que no conocía y que me encantó. Era el lado más céntrico y colonial de "La Sultana del Ávila", como reza el apodo turístico de Caracas. Gracias de nuevo a la gentileza y buen hacer de Txúo, conocí primero nuestra Iglesia de San Francisco y a su comunidad, junto al Congreso y la plaza Bolívar, y luego visité la casa del libertador, en un estilo colonial notable. También paseamos por la Universidad Católica Andrés Bello que es una de las instituciones más señeras de la Compañía en Venezuela. El Campus es espectacular en amplitud y vida estudiantil.


Así pasaron fugaces los últimos momentos en Venezuela. Han sido casi dos meses muy intensos viviendo en una de las fronteras más calientes de América Latina, donde todo han sido novedades para mi. Es pronto para hacer valoraciones, pero siento que he aprendido mucho y tengo el corazón muy agradecido a personas concretas: Txúo, Acacio, Jorge, María, Socorro, Mariluz, Cristhian, Daniel, Luis, Doris, Cruzdelina, Marielis, Pedro, Rina, Raisa, Mireida... Espero haber colaborado con algo en el Programa por la Paz, en Radio Fe y Alegría, en la Parroquia San Camilo de Lelis y en la Universidad Católica del Táchira. Ha sido poco tiempo, lo sé, pero éste es de los tiempos fecundos, de los que se graban con fuerza en la memoria y a los que se vuelve en medio de la rutina de las clases y los trabajos del invierno. He podido ver de cerca una realidad humana convulsionada por la pobreza y la violencia en todas sus formas, pero a la vez logro reconocer las semillas de esperanza y paz que abundan en la maleza retorcida que quiere ahogar la vida en la frontera. Gracias a los que me han dado fe en el Dios de los pobres. Este Buen Dios que tiene fe en los hombres y mujeres, siempre libres, capaces de construir con sus vidas sencillas un bien que llegue a más gente.
Cúpula lateral de la Iglesia de San Francisco
Interior de la nave central de San Francisco
Palacio del Congreso de la República Bolivariana de Venezuela
Plaza de Simón Bolíbar
Centro de Pastoral de la Universidad Católica Andrés Bello

A los pies de Bolívar


Aquí todo es bolivariano, comenzando por la República de Venezuela, la moneda es el Bolívar Fuerte (que cada uno son mil de los Bolívares débiles de antes) las principales plazas de cada localidad también llevan el nombre del libertador, su estatua se erige en calles y avenidas, y su efigie está dibujada por doquier del territorio nacional. Así que adivinen cómo se llama la montaña más alto de Venezuela… correcto, es el pico Bolívar y alcanza los cinco mil metros de altitud, situado justo en el comienzo de la cordillera andina. Ya ven, desde Chile hasta aquí he recorrido en este año toda esta increíble cadena montañosa de sur a norte.
El viaje ha sido una visita fugaz para conocer Mérida y San Javier del Valle, ambos a los pies del Bolívar. Después de dos meses en el llano, volver a un paisaje de montaña, sentir frío en la noche, sentarse junto a una chimenea, olvidar los zancudos y tomar una ducha caliente por la mañana son sensaciones más que agradables. Mérida es una ciudad colonial de calles estrechas y empinadas. Con las casitas pintadas de colores pastel y blanco, las ventanas enrejadas y las tejas asomando por los aleros del cielo. Serpenteando por una carretera estrecha se llega a San Javier del Valle, se trata de un sueño jesuítico que tiene un internado y un colegio externo, con talleres artísticos, técnicos y agropecuarios, una casa de Ejercicios Espirituales, albergues, centro de voluntarios, camping, hotel y dos comunidades de religiosos. Todo ello en un paisaje espectacular en el que descansó para siempre José María Vélaz SJ, fundador de la obra educativa Fe y Alegría. Una idea original de Venezuela para la atención formativa de los más desfavorecidos que hoy tiene más de medio siglo y se extiende por toda América Latina con cerca de mil centros de enseñanza.

La casa de ejercicios es una joya en la montaña, se construyó en honor a 27 jóvenes alumnos de nuestro colegio que murieron en un accidente aéreo. Su recuerdo sigue vivo en la casa, sobretodo en la capilla donde sus rostros y nombres están tallados en maderas nobles, y también en el estanque del centro del jardín donde una cascada entre las hélices dobladas del avión, llora su muerte temprana.

En el patio del internado, abierto hacia las montañas, hay dos estatuas notables realizadas por los alumnos, una de San Francisco Javier y la otra de la Virgen con el Niño Jesús. Las dos tienen una fuerza expresiva intensa en su ternura la de María y valiente y encendida la de Javier. En su entorno de educación para los que más lo necesitan, estas dos grandes figuras de la fe, maternal y misionera, hacen más presente a un Dios que quiere ocuparse de nosotros.

Gasolina ilegal


De nuevo en El Nula mientras espero a ver si vuelve la conexión en el único punto de internet del pueblo, les contaré algunas cosas de la vida cotidiana aquí. De las primeras cosas que me llamaron la atención en Venezuela es lo barata que sale la gasolina, más que el agua, ya que con menos de un euro se llena el depósito del coche. Pero esto, viviendo en la frontera, lejos de ser una bendición es la ocasión para la proliferación de una nueva mafia alrededor de un negocio ilegal. Como la gasolina en Colombia es casi veinte veces más cara que aquí, y además aquí no hay mucho trabajo, la forma de hacer un negocio redondo es comprar gasolina aquí y venderla al otro lado del río, donde servirá no sólo para hacer andar los vehículos sino para los laboratorios de droga, pues la gasolina es una de las substancias necesarias para la elaboración de la cocaína.

Es fácil distinguir qué vehículos se dedican al gasolineo, son carromatos destartalados, estilo chevrolet norteamericano, que han sido trucados para tener un depósito mayor, quitando espacio al maletero, las puertas y los asientos para poder cargar más combustible. Por fuera su chapa está desconchada y oxidada y van soltando humo por los cuatro costados. No hay camuflaje posible. Todo el mundo sabe quien es quien, incluso los policías y los militares de la zona que, en muchos casos, (no todos, dejemos un espacio a la honradez), se benefician millonariamente por hacer la vista gorda de los autos que van de un lado para otro. Cuentan que muchos quieren venir a estos puestos fronterizos para beneficiarse de estos pingües ingresos extra. Sin embargo los gasolineros están también organizados. Hace poco los policías metieron a uno en el calabozo (dicen que por no pagar suficiente coima) y esa noche fueron sus compañeros a la comisaría, encañonaron a todos los policías y sacaron al pájaro de la jaula. Deberían haber encerrado a los policías para que se vea lo fuertes que son aquí las instituciones. La cosa quedó como una gamberrada más de estos picaruelos transportistas.

Si sólo fueran autos no pasaría de ser un negocio familiar, pero en las gasolineras el panorama es desolador. Camiones cargados de bidones se van llenando ante la mirada impasible del ejército. se hacen colas como atascos para llenar los depósitos, los gasolineros dejan sus autos en fila ya desde la noche anterior para llenar y cruzar la frontera. Mientras la gente honrada soporta horas para llenar el depósito y lo normal es que la "bomba" como llaman a la estación de servicio, esté cerrada cuando llegan al surtidor por falta de combustible. Cuando todo está alterado, el que puede cambiar la situación no quiere, y el que quiere no puede, todos se acostumbran y deja der ser noticia.

Guasdualito


Guasdualito es el nombre de la ciudad en la que estoy unos días dando un taller de periodismo en Radio Fe y Alegría. Es una ciudad fronteriza, a media hora del rio Arauca, que separa Venezuela y Colombia. Por las mañanas salgo con la unidad móvil de la radio y por la tarde me reúno con los reporteros para ver cómo pueden mejorar las noticias y darle vida a la información. Esto de "darle vida" no es broma, porque entre los lugares que he visitado no he visto ningún otro sitio donde sea más difícil el ser periodista que en esta zona. La cuestión es que la guerrilla está tan metida en todo el entramado social que nadie se atreve a hablar sobre lo que ocurre por miedo a que le maten. Hay "guerrillos" en todas las instituciones, incluyendo los colegios, los consejos comunales y las alcaldías. Los grupos o frentes son unos cuatro, la mayoría de ellos nacieron en Colombia con reivindicaciones en favor de la gente sin tierras, pero con métodos muy violentos e inhumanos, están en guerra contra el ejército y los paramilitares pagados por los narcotraficantes. Así después de cuarenta años de guerra sucia en Colombia, hace tiempo que la guerrilla pasó la frontera para extender sus métodos de extorsión y violencia haciéndose fuerte en este lado del río, sin que ninguna institución venezolana pueda pararlos.

Las muertes por encargo, sicarios en moto que pasan veloces repartiendo plomo, están a la orden del día y la gente tiene miedo a hablar, miedo a llamar a las cosas por su nombre, miedo a salir a la calle, a partir de las seis de la tarde todo está desierto y los vecinos se encierran hasta que amanece esperando que algo haya mejorado. Lo más triste es que nadie puede denunciar nada porque la policía y el ejército son tan débiles y están tan vendidos en muchos casos el denunciante se convierte en el primer perseguido por los denunciados a quienes alerta la propia policía y no hay quien le libre de un castigo seguro.

Uno de los casos más dolorosos ha sido el "reclutamiento" desde un grupo armado irregular de catorce adolescentes en un liceo cercano a Guasdualito. Les comen el coco ofreciéndoles móviles, motos, mujeres, poder y respeto, hasta que caen y se van con ellos al otro lado del río. Allí desaparecen y no vuelven más. Un familiar de uno de los reclutados acudió a los propios guerrilleros y logró que su hijo volviera tras un sinfín de calamidades. Ahora no quiere contar nada de lo sucedido y teme por su vida.

Por esto es difícil ser periodista aquí, porque nadie habla, todo lo lían para no decir nada y si se les escapa algo te piden que nunca salga en antena. Nunca puede pronunciarse un nombre, apuntar a un cargo público, o a un vecino y nadie se responsabiliza de nada. La emisora es una ayuda para la gente, sobre todo para los que viven más aislados. Por suerte, aquí se emite en AM y llegamos mucho más lejos que las de FM. Esto nos da más responsabilidad para informar de lo que otros no informan pero nada es fácil. A esta dificultad de dar noticias en directo, o de no encontrar quien haga declaraciones, hay que sumar que muchos de los que trabajan en la emisora llevan muchos años denunciando la situación y sólo ven las cosas empeorando, ayer con unos en el poder y hoy con otros a los que ayudaron a subir.

La solución pasa por seguir llamando a las cosas por su nombre intentando quitarle espacio al miedo y dándole estatuto público a lo que está comido por el terror. Hoy se está haciendo más fuerza con campañas radiadas contra la violencia y en favor de la Paz que denunciando en cada caso. Así la creatividad se va abriendo camino y la emisora sigue en el aire a pesar de las múltiples dificultades.

La mirada del miedo


Hace unos días fui a una comunidad campesina a celebrar la misa. Era una zona alejada, que casi no podemos atender aunque esté en el territorio de nuestra parroquia, está a más de tres horas en camioneta desde El Nula, en medio del Llano venezolano. Allí estuvieron previamente trabajando unos misioneros laicos y la llegada de los sacerdotes estaba anunciada como un gran evento. Fuimos Jorge y yo. Él se encargó de las confesiones y yo de bautizar a diez niños dentro de la misa de la fiesta de la Ascensión del Señor. Todo en un improvisado techado a medio construir que nos hizo las veces de capilla. Al llegar me llamó la atención que había un gran grupo atendiendo a misa, con muchísimos niños en los tablones con troncos que hacían de bancos, pero en los aledaños, recostados en los restos de obra unos jóvenes miraban con recelo al grupo como vigilando de soslayo el evento a ver qué era lo que decíamos y hacíamos. Yo prediqué sobre la Ascensión como el momento en el que Jesús pasa a estar en todas partes, rompiendo las fronteras entre el cielo y la tierra, e invitándonos a todos a construir el cielo en nuestra realidad de frontera terrenal animando a la comunidad a permanecer unidos construyendo una la Paz justa y duradera en la zona.

Terminados los bautizos, para los que no me hubiera venido mal una manguera, y concluida la celebración de la misa con la bendición, me quedé charlando con unos y otros. En esto, viene Jorge que había estado toda la misa confesando, pidiéndome que me acercara donde él estaba hablando con un joven. Aquél chico no llegaba a los 17 años y había sido amenazado de muerte por la guerrilla, se le cumplía el plazo y tenía que salir como fuera de aquel lugar. Nos pedía llevarle en la camioneta y dejarle más adelante en el camino, fuera de peligro. Hablaba muy bajito, despacito, casi inmóvil, con los ojos muy abiertos y con una expresión cadavérica de estar completamente aterrado. En su desesperación, la noche anterior había tratado de quitarse la vida pero su hermano logró impedirlo. Acudía a nosotros con la vergüenza de pedirnos el favor de sacarlo de allí ya que en esa población no salían más autos que el nuestro ese día. A mi me pareció como si el llano se hubiera convertido en una isla en llamas y yo tuviera el último bote para atravesar un mar de tiburones. Jamás pensé que salir por tierra de un lugar fuera tan difícil y arriesgado. Había que salvar una vida, eso estaba claro, pero ¿cómo hacerlo sin jugársela? Nosotros queremos seguir volviendo a la zona a atender a la gente y esto podía complicarlo todo. Daba lo mismo, había que ayudarle como fuera, había que salvar una vida. Decidimos hacerlo, pero dándole un toque de normalidad, nosotros almorzaríamos en el ranchito previsto y después saldríamos subiéndole por el camino en la parte de atrás de la camioneta entre los misioneros hasta dejarle fuera de peligro, llevándole como a un campesino más como si no supiéramos su historia. Cualquier otro intento de camuflaje podría ser mucho peor para todos.

Almorzamos con la gente de allá cuando pasamos a recogerle no estaba en el bar convenido. Toqué la bocina a ver si salía y pregunté si había alguien a quien “dar la cola”,como dicen aquí, pero no salió nadie así que seguí camino adelante. No habíamos avanzado unos kilómetros cuando vemos que en una de las angosturas del camino hay un hombre a caballo que se quedaba esperando a nuestro paso. Como el camino era estrecho fui despacio y pasé a su lado, saludándolo como es costumbre. Él me miró de soslayo, gruñió un saludo y revisó con la mirada palmo a palmo nuestra camioneta y a los pasajeros mientras pasábamos despacio a su vera. Si por la mañana el muchacho tenía el rostro del miedo, aquel hombre a caballo tenía una mirada de odio que hacía más pesado aún el bochorno húmedo del día.

No tenía nada que temer cuando adelanté a aquél hombre de mirada torcida, entonces él dio un silbido fuerte y aparecieron otros dos jinetes camino adelante que al oír la señal comenzaron a galopar hacia nosotros. Ahí sí tragué saliva, pasaron a ambos lados del vehículo y se unieron al primero, alejándose hasta perderse en la polvareda. No sé lo que pasó con el muchacho ese día. Una semana después he vuelto a la zona para una procesión, vigilia y misa en otra población cercana, esta vez me quedé a dormir allí. Preguntando a los más allegados por la situación del muchacho, me cuentan que está vivo y que seguramente su familia nos utilizó como estrategia para despistar a los de las pistolas. Me alegro mucho de que esté vivo y de haber servido, aunque fuera de señuelo. Si llegamos a llevarle en la camioneta nos lo hubieran sacado a la fuerza y lo hubieran matado sin contemplaciones. Como veis en esta zona cada uno se apaña como puede para seguir viviendo porque la mayor desgracia aquí es ver como la vida va perdiendo más y más su valor.

Coloquio para una agenda de Paz


El 28 de mayo, en el marco de un coloquio para estudiar propuestas para escribir una agenda de paz en la frontera colombo-venezolana, se presentó en la Universidad Católica del Táchira (UCAT) el libro: Cultura de paz en el Alto Apure y el Táchira: Un reto de frontera. Este estudio reúne en sus páginas tanto la historia del conflicto armado que se da en Colombia, como su proceso de internacionalización al cruzar la frontera hacia Venezuela. Además, por primera vez, se realiza un estudio de campo sobre lo que implica vivir en la frontera y las violencias que están presentes en los municipios estudiados. La obra concluye con la presentación de distintas propuestas para caminar hacia una nueva cultura de paz en la zona que fueron presentadas por los coordinadores de la investigación, Rina Mazuera Arias y Jesús Rodríguez Villarroel.

El acto fue abierto por los principales representantes de las entidades implicadas en la investigación, por un lado el rector de la UCAT, Arturo Sosa, quien destacó la importancia de crear una “cultura de paz” frente a los que, cada vez más, quieren solucionar los conflictos por la vía violenta, y por otro, la Parroquia San Camilo de Lelis, donde nace el Programa por la Paz-Venezuela, cuyo párroco, Acacio Belandria, manifestó el profundo deseo de los habitantes de la zona de vivir en paz y agradeció los pasos concretos que se están dando para encaminarse hacia la paz por caminos no violentos que incluyen “los dos amores que sostienen la paz, el amor al Evangelio y el amor al país”. Para trabajar sobre las propuestas para una agenda de paz expuestos en el libro asistieron al coloquio el cónsul de Colombia en San Cristóbal, los representantes de las principales universidades de la ciudad, la Universidad de Los Andes y la UNET, así como delegados de instituciones como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), los directores de los centros educativos de Fe y Alegría de la zona, representantes políticos de dos de los municipios estudiados, delegados de Cáritas y de las Defensorías del Niño, Niña y Adolescente, el presidente de Federación de Cámaras de comercio de San Cristobal, así como la directora de Radio Fe y Alegría de Guasdualito. Las autoridades de los cuerpos de seguridad, Policía y Ejército, excusaron su asistencia al coloquio.

En las intervenciones de los participantes en el coloquio se valoró muy positivamente el rigor de la investigación presentada en el libro y se manifestó la importancia y necesaria presencia de todas las instancias sociales asistentes al evento. Entre los datos que llamaron más la atención fueron los altos índices de violencia que debido a la pobreza estructural se están dando en la zona. Siendo de especial preocupación la violencia intrafamiliar y delictiva, seguida de la violencia ejercida por los grupos armados irregulares y las instituciones políticas y de seguridad. El resultado es una población sufriente en la que los sentimientos más presentes son el miedo, la impotencia y la rabia, según los datos de la investigación presentada. Así mismo se alertó sobre la debilidad de las autoridades municipales que está cediendo terreno a los grupos armados irregulares, cada vez más presentes en el entramado social de la zona. Y también sobre la necesidad de atención que más de 180.000 personas indocumentadas precisan en toda la frontera de Venezuela.

En el capítulo de propuestas para una agenda de paz, fueron muchas las que se expusieron en la sala desde las distintas instancias sociales representadas. Podríamos dividirlas en propuestas de formación, investigación, comunicación-sensibilización y las de acción directa sobre las estructuras económicas y sociales que se oponen a una cultura de paz. En la formación, según destacaron los directores de los centros de Fe y Alegría, lo importante es contar con el potencial humano de cada alumno para reforzar lo positivo en ellos y en sus familias, ofrecer talleres de ciudadanía y herramientas para la formación de alumnos y profesores para resolver los conflictos de manera no violenta. En cuanto a las propuestas de investigación desde las universidades promovieron los observatorios de la pobreza, trabajando en red con los organismos implicados en toda Latinoamérica. Desde todas las instancias se destacó la necesidad de dar visibilidad a estos estudios con campañas comunicacionales de sensibilización. Y las propuestas de orden económico incidían en buscar la superación de la pobreza y procurar el cambio estructural a partir de acciones concretas que involucren a todos los niveles sociales tanto en el campo como en la ciudad. Todas las iniciativas propuestas en la sala se recogerán en un documento final que saldrá a la luz próximamente como fruto de este coloquio. Cabe destacar, finalmente, el deseo de los participantes en continuar la tarea y la llamada común a la participación ciudadana para lograr vencer en la carrera a la violencia caminando por senderos de paz.

Mayo, mes de María



De nuevo en El Nula, durante este mes participo acompañando de lunes a jueves la procesión de la Virgen María por los distintos barrios del pueblo. Es el primer año que se hace y está resultando conmovedor. Al recorrer todo el pueblo con la Virgen a cuestas estamos en oración por todos los vecinos, mayores, adultos y niños, en cada casa y calle. Es una devoción popular de las que se viven donde termina el asfalto y comienzan los baches y los charcos. Los hermanos cristianos de otras iglesias nos acusan de adorar ídolos, pero nada más lejos, llevar la imagen de María no es alabar una estatua sino una manera de orar en la que le pedimos a Nuestra Señora que medie por todos delante de Dios desde nuestras necesidades más de pie a tierra. Como decía Alberto Hurtado, si María nos mira su hijo también nos mirará, y eso es lo que le pedimos en cada una de las barriadas de El Nula.

Cada día salimos de un barrio, de la casa que ha acogido la imagen durante la noche y llegamos con ella hasta los lindes del otro. Allí es recibida con pancartas, banderitas y globos en azul y blanco, entre aplausos y cohetes, con discursos de despedida y acogida. Lo que cada tarde comienza con unos pocos despidiendo a la Virgen se va agrandando según vamos recorriendo las calles hasta llegar a la centena al final de la procesión. Avanzamos por las calles rezando Avemarías, Salves y Padre Nuestros, intercalando las canciones marianas de toda la vida (aquellas que cantábamos en el colegio de pequeños en aquel cancionero marrón y blanco llamado ”Fiesta”).
La llegada suele tener también su arte, devoción y gracia. Primero sirven algo fresquito para aliviar el calor de la caminata, luego tras una reflexión mariana y unas peticiones vienen los bailes en honor a la Virgen María en los que se alternan los tradicionales como el joropo y los creativos (Ave María salsero, parábolas con música, teatrillo de la anunciación, José Luis Perales, etc.). Realmente es de apreciar que las maestras y las gentes de los barrios hacen un despliegue de creatividad y cariño hacia todo el que se acerca a celebrar que la Virgen ha llegado al barrio. Ayer me emocioné al ver como un viejito se paró delante de la imagen de María y sólo la miraba, clavando los ojos en ella, lloraba y susurraba entre lágrimas, una y otra vez la palabra “sí”.
"vin Bemida Birguen maria" ¡Genial!

A orillas del Orinoco


La semana de la Paz terminó con un viaje a Puerto Ordaz en el estado de Guayana, en el extremo oriental de Venezuela. Allí Carmen tenía de nuevo conferencias y entrevistas, así que pude conocer la labor de la Compañía allí tanto en la Universidad Católica Andrés Bello como el trabajo en Fe y Alegría en los barrios más populares en los que me alojé. Fueron dos días intensos pero mereció mucho la pena conocer aquella zona del país que es inmensamente rica en recursos naturales. Cuando terminamos el trabajo fuimos a conocer los portentos fluviales de la ciudad. Primero caminamos a orillas del Orinoco. Ríete tú de nuestros escuálidos ríos españoles. Y luego recorrimos dos parques, Cachamay y La Llovizna, cada cual con su salto de agua espectacular. El primero por ancho y el segundo por alto, cada uno destacaba por la cantidad de agua que movía en medio de una vegetación increíble de múltiples verdes encendidos. Todo un descanso para los sentidos en esta Venezuela que no deja de sorprenderme por sus maravillas y contrastes.
Parque de Cachamay
Con Luisa, Carmen y Txúo en La Llovizna

Movida Semana de la Paz


El ritmo de esta semana ha sido vertiginoso pero muy fructífero. Después de muchos preparativos pusimos en marcha la Semana de la Paz que se hizo extensiva desde la Universidad Católica del Táchira, con la que colaboro desde el Programa por la Paz, hasta El Nula y Ciudad Guayana. El principal motivo era acompañar con Txúo a la invitada del programa, Carmen Magallón, en sus conferencias y coloquios en unos sitios y otros. Carmen, además de ser una mujer excepcional, cercana y sencillamente encantadora, es la directora de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz, en el Centro Pignatelli de Zaragoza. Sus conferencias versaron sobre el papel de los educadores en la implantación de una cultura de Paz y sobre la reflexión acerca de la Paz como un Derecho Humano.
La respuesta en la Universidad fue buena, Los alumnos y profesores presentes se preocuparon en especial de la polarización política que está sufriendo Venezuela y del creciente problema de violencia presente en la sociedad de la franja fronteriza. Carmen no dejó de animar a los universitarios a realizar investigaciones que ayudaran a dar pasos hacia una paz que contenga cuatro “d”: Desarrollo, Democracia, Desarme, y Derechos Humanos, todas muy necesarias por estos pagos.

Carmen también tuvo unos coloquios con más de doscientos maestros de la zona de El Nula. Fue todo un éxito de participación tanto desde las escuelas y liceos públicos, como desde los centros de Fe y Alegría de la zona. Aquí aparecieron los problemas reales de la gente, la pobreza como mayor aliado de la violencia intrafamiliar, los grupos armados irregulares que implantan su ley de miedo y extorsión, la desconfianza de las instituciones estatales que deberían proteger a la sociedad civil pero se convierten en otro brazo que temer, y así de triste ver como todo lo que se vive en la calle entra en el aula con la carga afectiva y el dolor efectivo de tener a los niños por protagonistas. El diálogo entre profesores terminó destacando la importancia de salir de las situaciones de silencio para desvelar los conflictos latentes tanto en el Estado, como en la sociedad civil y en la familia. De manera que no se excluya a nadie de los que están juntos en el conflicto para que estén también juntos en la solución.

Notas de prensa, radio y diseño gráfico


En las tres entradas previas he añadido, casi tal cual, las notas de prensa, artículos y fotos que voy haciendo para pasar a distintos medios de comunicación, revistas y páginas web. Además estoy haciendo cuñas de radio y diseño gráfico en los carteles que han ido saliendo para promover la jornada contra la violencia familiar en El Nula, o la semana por la Paz en la Universidad Católica del Táchira. Esta universidad llevada por la Compañía, tiene más de 8.500 alumnos y está en la ciudad de San Cristóbal, a hora y media de El Nula. Allí como colaborador del Programa por la Paz estoy trabajando como apoyo de prensa en el decanato de investigación. Aquí lo mismo hay que servir para hacer notas de prensa, que para cocinar arepas, tortas de maíz, para cuando llegan los voluntarios. Es curioso que haya tenido que venirme aquí para rescatar mis habilidades periodísticas, pero la verdad es que no han estado perdidas sino que siempre he sentido que son destrezas que ayudan a entender y comunicar en este mundo, y esto, desde la óptica de hablar de Dios, vale para todos los sitios por los que he pasado.

Pobreza violenta


La primera investigación sociocultural en el Táchira y Alto Apure demuestra que la pobreza que sufre la población es la principal causa de los altos índices de violencia en la zona. Así lo desvela el estudio de campo presentado en la Universidad Católica del Táchira (UCAT) con motivo de la apertura de la Semana por la Paz y que hoy sale a la luz en el libro : “Cultura de Paz en el Alto Apure y el Táchira. Un reto de frontera”. Según los resultados obtenidos en esta investigación la pobreza es el factor determinante o la causa principal, que genera un clima de violencia, delictiva e intrafamiliar, en los municipios estudiados. El segundo factor que genera clima de violencia en la región es la presencia de los grupos armados irregulares, seguido por la exclusión social en las políticas de Estado referentes a salud, educación, vivienda y vialidad.

La principal característica del estudio es que nunca se había realizado una investigación similar, ni teórica y ni práctica, que analizara la situación de violencia en la frontera. Partiendo del análisis de la internacionalización del conflicto armado colombiano, se diagnostican las causas de la violencia en los municipios afectados en la franja venezolana y, lo que resulta más importante del estudio, se proponen vías para generar una cultura de paz alternativa a través de la participación ciudadana, la educación y el desarrollo humano en la en la zona. Según la óptica de la población de la franja fronteriza estudiada es importante destacar que, además de la violencia causada por la pobreza y la escasez de recursos, existe una serie de instituciones públicas o privadas que también generan violencia en la zona. La responsabilidad de la violencia no es exclusiva de los grupos armados irregulares, ni de la delincuencia común o organizada en bandas, sino que los habitantes de estos municipios fronterizos también responsabilizan a algunas instituciones del Estado y principalmente denuncian el abuso de cuerpos policiales y partidos políticos.

Los investigadores de la UCAT, el Programa por la Paz – Venezuela, de la Compañía de Jesús, en convenio con la Parroquia San Camilo de Lelis de El Nula y gracias a los recursos económicos recibidos de la Fundación Entreculturas, analizaron el impacto del conflicto armado colombiano en la frontera venezolana del Alto Apure y el Estado Táchira. Para ello, se aplicó un cuestionario dirigido a un grupo de habitantes de los municipios fronterizos del Estado Táchira (Pedro María Ureña, Bolívar, Fernández Feo, San Cristóbal y el Alto Apure (municipio Páez). Los resultados obtenidos en el estudio permiten detectar las clases de violencia en la región y construir estadísticas para fundamentar sus causas, el rol de los organismos públicos y privados y los sentimientos que produce la presencia de los grupos armados irregulares en los municipios más emblemáticos del eje fronterizo de Venezuela y Colombia

La estructura interna de la investigación consta de cuatro apartados. El primero expone los fundamentos teóricos de la paz como derecho humano, tanto en su dimensión cultural de paz y no-violencia, como en la educación para la paz, la reconciliación, el diálogo y la mediación. El segundo apartado se adentra en el conflicto armado colombiano exponiendo sus protagonistas, historia, contexto geográfico, acciones, víctimas y explicaciones. La tercera parte, comprende el estudio teórico y de campo acerca de la internacionalización del conflicto armado colombiano y su impacto en la frontera del Alto Apure y el Estado Táchira. Y la última parte expone una serie de propuestas encaminadas a la construcción de una cultura de paz, tomando como fundamento las estadísticas obtenidas en el estudio. Estas propuestas destacan la importancia de la participación ciudadana para la integración social y el sentido de pertenencia. La necesidad de la educación para mitigar la violencia intrafamiliar y la urgencia de la superación de la pobreza para lograr unas condiciones de vida digna en la zona.

Arte contra violencia


La jornada por la Paz “que la violencia no te sea familiar” invadió las calles de El Nula con espectáculos circenses, payasos y malabaristas que lograron cambiar la cara de la población los días 1 y 2 de mayo de 2009. La iniciativa surgió de la colaboración del Programa por la Paz – Venezuela (PorlaPaz) y la Parroquia San Camilo de Lelis de El Nula con la Universidad Católica del Táchira (UCAT) y los artistas de los grupos Apu Circo, Doctor Yaso y Circomediados. El sueño compartido consistía en transforma los rostros de la violencia en expresiones de alegría, ilusión, admiración y esperanza a partir de una fórmula festiva capaz de celebrar la vida incluso en las zonas donde la violencia está más presente.

Según los estudios más recientes realizados entre PorlaPaz y la UCAT, en los municipios de la franja fronteriza entre Venezuela y Colombia, como El Nula, los altos índices de violencia están causados principalmente por la pobreza y se muestran con especial gravedad en la violencia intrafamiliar. Estos resultados fueron los que generaron la necesidad de poner en marcha una jornada para insistir en la importancia de acabar con la violencia dentro de los hogares. Bajo el lema “que la violencia no te sea familiar” quedó estructurada una jornada que se inauguraba y cerraba con espectáculos circenses y contenía actividades de pasacalles, expresión artística y encuentros divertidos con la población

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Los habitantes de El Nula dieron una acogida excelente a los grupos de payasos y malabaristas que llegaron de fuera. La Escuela Técnica Agropecuaria de Fe y Alegría les brindó alojamiento, de la comida y demás cuestiones prácticas se encargó un grupo de voluntarios del pueblo que hicieron posible la actividad. La financiación del evento fue completamente a partir de ayudas particulares y donativos de personas que creyeron en el proyecto y apostaron por la iniciativa. A lo largo del fin de semana también hubo voces en contra, pero fueron voces de los que susurran mirando de soslayo, que se sienten con el privilegio de poder atemorizar y ejercer la violencia con quién y como quieren. Aquellos que nunca van a ser capaces de entender que bajo la sonrisa maquillada de un payaso hay un deseo profundo de que la Paz alcance todas las dimensiones individuales, familiares y sociales de la persona.

Las actividades fueron todas festivas y se basaban en la diversión de la población, al tiempo que llevaban un mensaje claro para pequeños y mayores: “que la violencia no te sea familiar”. El espectáculo de la noche del primero de mayo se tituló “Abre las puertas a la Paz” y con él se inauguró la jornada. La cancha cubierta de El Nula quedó transformada en la carpa de un circo en el que la destreza de los acróbatas y un espléndido despliegue de luz y sonido generaron la magia necesaria para hacer vibrar con el evento a más de mil personas.

Después de un encuentro en los locales de la Parroquia de San Camilo de Lelis entre los grupos de artistas, la mayoría de San Cristóbal y otros de El Nula, llegó la actividad matinal “La toma del pueblo: a la Paz por la Alegría”. Un tropel de payasos invadió las calles de El Nula encandilando a todos a los que se acercaban y repartiendo volantes de la campaña. En la calle principal no dejaron comercio sin entrar, vehículo sin frenar o peatón sin atender. La reacción inicial de los transeúntes era de sorpresa, recelo e incluso miedo ante semejante turba maquillada, vestida de colores chillones y armada con juegos malabares. Sin embargo, los payasos supieron ganarse la simpatía de la gente, sin violencia, sin más estridencias que el juego y la risa, lograron sacar el niño y la niña que todos llevamos dentro. Este ejército de alegría descubrió que debajo de la máscara de seriedad, aguante y resistencia con la que las personas se defienden de los ataques de la cotidianeidad, existe otra manera de enfocar la vida, más auténtica, infantil y madura a la vez, que sabe optar por la alegría sin quitar importancia a los problemas sino buscándoles el lado más humano en el que siempre nos es posible sonreír.

Por la tarde, los payasos cortaron de nuevo la calle principal para extender más de veinte metros de una tela que pronto dejó de ser blanca. Al grito de “Aquí pintamos todos por la Paz” niños y mayores fueron dejando en el lienzo su impronta de colores con deseos, llamadas, motivos y señales para hacer un poco más presente la Paz en las familias y en el pueblo. Mientras tanto, junto a las puertas de la Iglesia Católica, otro grupo de comediantes, pintaba y jugaba con los niños convirtiendo toda la plaza en un mar de globos, témperas, pinceles y pompas de jabón que celebraban la vida al ritmo del oleaje de los payasos.

La primera noche, casi al final del espectáculo, falló el suministro de electricidad del pueblo y los artistas tuvieron que cerrar el acto con una improvisada comparsa de antorchas que lejos de deslucir el momento, dejaron a todo el público con ganas de más para el día siguiente. Así se comprobó el sábado cuando, desde más de una hora antes del evento, muchos vecinos trajeron sus propios asientos para contemplar una función que tenía por título: “La Paz, el mejor fruto de la Justicia”. Un desfile de payasos abrieron la noche entre los aplausos de un público entregado de principio a fin. Desde el medio de la cancha, rodeados de un montaje tecnológico espectacular, los malabaristas se alzaban hasta las alturas más arriesgadas con ejercicios de telas, aros, anillas y cuerdas. Su arte pasaba volando y girando por encima de todos imponiéndose con la fuerza de la alegría, la danza de la creatividad y la poesía de la esperanza. Aquella noche El Nula despertó a la posibilidad de un pueblo más unido en cuyas familias estuviera más presente la Paz que la violencia.

La jornada “Que la violencia no te sea familiar” resultó un evento cuyas dimensiones no se habían visto antes en El Nula. Su principal éxito es el haberse realizado, es decir el proceso por el cual desde los resultados desesperantes de una investigación que desvela el perfil más tristemente familiar de la violencia, se va llegando a través de sueños y desvelos a hacer posible una jornada donde todo lo bueno que las personas llevamos dentro, la creatividad, el arte, la danza y la alegría encuentran un cauce para expresarse en medio de la vida de un pueblo que ya está harto de violencia, y quiere respirar hondo para llenarse de Paz.