Arte contra violencia


La jornada por la Paz “que la violencia no te sea familiar” invadió las calles de El Nula con espectáculos circenses, payasos y malabaristas que lograron cambiar la cara de la población los días 1 y 2 de mayo de 2009. La iniciativa surgió de la colaboración del Programa por la Paz – Venezuela (PorlaPaz) y la Parroquia San Camilo de Lelis de El Nula con la Universidad Católica del Táchira (UCAT) y los artistas de los grupos Apu Circo, Doctor Yaso y Circomediados. El sueño compartido consistía en transforma los rostros de la violencia en expresiones de alegría, ilusión, admiración y esperanza a partir de una fórmula festiva capaz de celebrar la vida incluso en las zonas donde la violencia está más presente.

Según los estudios más recientes realizados entre PorlaPaz y la UCAT, en los municipios de la franja fronteriza entre Venezuela y Colombia, como El Nula, los altos índices de violencia están causados principalmente por la pobreza y se muestran con especial gravedad en la violencia intrafamiliar. Estos resultados fueron los que generaron la necesidad de poner en marcha una jornada para insistir en la importancia de acabar con la violencia dentro de los hogares. Bajo el lema “que la violencia no te sea familiar” quedó estructurada una jornada que se inauguraba y cerraba con espectáculos circenses y contenía actividades de pasacalles, expresión artística y encuentros divertidos con la población

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Los habitantes de El Nula dieron una acogida excelente a los grupos de payasos y malabaristas que llegaron de fuera. La Escuela Técnica Agropecuaria de Fe y Alegría les brindó alojamiento, de la comida y demás cuestiones prácticas se encargó un grupo de voluntarios del pueblo que hicieron posible la actividad. La financiación del evento fue completamente a partir de ayudas particulares y donativos de personas que creyeron en el proyecto y apostaron por la iniciativa. A lo largo del fin de semana también hubo voces en contra, pero fueron voces de los que susurran mirando de soslayo, que se sienten con el privilegio de poder atemorizar y ejercer la violencia con quién y como quieren. Aquellos que nunca van a ser capaces de entender que bajo la sonrisa maquillada de un payaso hay un deseo profundo de que la Paz alcance todas las dimensiones individuales, familiares y sociales de la persona.

Las actividades fueron todas festivas y se basaban en la diversión de la población, al tiempo que llevaban un mensaje claro para pequeños y mayores: “que la violencia no te sea familiar”. El espectáculo de la noche del primero de mayo se tituló “Abre las puertas a la Paz” y con él se inauguró la jornada. La cancha cubierta de El Nula quedó transformada en la carpa de un circo en el que la destreza de los acróbatas y un espléndido despliegue de luz y sonido generaron la magia necesaria para hacer vibrar con el evento a más de mil personas.

Después de un encuentro en los locales de la Parroquia de San Camilo de Lelis entre los grupos de artistas, la mayoría de San Cristóbal y otros de El Nula, llegó la actividad matinal “La toma del pueblo: a la Paz por la Alegría”. Un tropel de payasos invadió las calles de El Nula encandilando a todos a los que se acercaban y repartiendo volantes de la campaña. En la calle principal no dejaron comercio sin entrar, vehículo sin frenar o peatón sin atender. La reacción inicial de los transeúntes era de sorpresa, recelo e incluso miedo ante semejante turba maquillada, vestida de colores chillones y armada con juegos malabares. Sin embargo, los payasos supieron ganarse la simpatía de la gente, sin violencia, sin más estridencias que el juego y la risa, lograron sacar el niño y la niña que todos llevamos dentro. Este ejército de alegría descubrió que debajo de la máscara de seriedad, aguante y resistencia con la que las personas se defienden de los ataques de la cotidianeidad, existe otra manera de enfocar la vida, más auténtica, infantil y madura a la vez, que sabe optar por la alegría sin quitar importancia a los problemas sino buscándoles el lado más humano en el que siempre nos es posible sonreír.

Por la tarde, los payasos cortaron de nuevo la calle principal para extender más de veinte metros de una tela que pronto dejó de ser blanca. Al grito de “Aquí pintamos todos por la Paz” niños y mayores fueron dejando en el lienzo su impronta de colores con deseos, llamadas, motivos y señales para hacer un poco más presente la Paz en las familias y en el pueblo. Mientras tanto, junto a las puertas de la Iglesia Católica, otro grupo de comediantes, pintaba y jugaba con los niños convirtiendo toda la plaza en un mar de globos, témperas, pinceles y pompas de jabón que celebraban la vida al ritmo del oleaje de los payasos.

La primera noche, casi al final del espectáculo, falló el suministro de electricidad del pueblo y los artistas tuvieron que cerrar el acto con una improvisada comparsa de antorchas que lejos de deslucir el momento, dejaron a todo el público con ganas de más para el día siguiente. Así se comprobó el sábado cuando, desde más de una hora antes del evento, muchos vecinos trajeron sus propios asientos para contemplar una función que tenía por título: “La Paz, el mejor fruto de la Justicia”. Un desfile de payasos abrieron la noche entre los aplausos de un público entregado de principio a fin. Desde el medio de la cancha, rodeados de un montaje tecnológico espectacular, los malabaristas se alzaban hasta las alturas más arriesgadas con ejercicios de telas, aros, anillas y cuerdas. Su arte pasaba volando y girando por encima de todos imponiéndose con la fuerza de la alegría, la danza de la creatividad y la poesía de la esperanza. Aquella noche El Nula despertó a la posibilidad de un pueblo más unido en cuyas familias estuviera más presente la Paz que la violencia.

La jornada “Que la violencia no te sea familiar” resultó un evento cuyas dimensiones no se habían visto antes en El Nula. Su principal éxito es el haberse realizado, es decir el proceso por el cual desde los resultados desesperantes de una investigación que desvela el perfil más tristemente familiar de la violencia, se va llegando a través de sueños y desvelos a hacer posible una jornada donde todo lo bueno que las personas llevamos dentro, la creatividad, el arte, la danza y la alegría encuentran un cauce para expresarse en medio de la vida de un pueblo que ya está harto de violencia, y quiere respirar hondo para llenarse de Paz.

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