Despedida en Calera


Salir de Chile después de siete meses no es fácil, y si encima vuelvo a Calera de Tango que fue mi pequeña patria espiritual, todo se hace cuesta arriba, sin saber qué depararán los futuros pasos. La alegría enorme de ver de nuevo a Juanjo, el poder contarle a Juan Ochagavía cómo fueron las cosas y el reencuentro con viejos amigos como Juan Pablo y Bernd, hicieron todo mucho más fácil. Con Juanjo estuve charlando hasta tarde aprovechando la placidez de Calera y los buenos sabores de la zona, luego celebré allí mi última misa en Chile y salí de la casa colonial a las cuatro y media de la mañana para tomar un vuelo tempranero para Montevideo. Juanjo me llevó al aeropuerto y así nos terminamos de poner al día en nuestros recorridos por el mundo, en lo que nos ha hecho vibrar y en lo que nos conmueve mirando hacia el futuro cuando lleguemos de nuevo a España. De momento, doy infinitas gracias a Dios por todo lo vivido en Chile y me lleno de esperanza para lo que venga en Uruguay.

1 comentario:

apc sj dijo...

¡Felicitaciones por el blog! Ahora esperando impaciente fotos de Uruguay, empezando por la Misión Tacuarembó 2009... (Parece que hay algunas fotos por ahí del Padre Zapará a caballo)
Un fuerte abrazo, saludos desde París
Alvaro sj (URU)

ps Pensar que nos cruzamos en Pannur 2007, linda experiencia entre continentes, y vocación universal del jesuita, como pide el Padre General en su última carta...