Araucanía Andina


La segunda semana fue más movida ya que fui con otros tres jesuitas a dar una vuelta por la Araucanía Andina. Esta zona está plagada de lagos y volcanes, entre parques nacionales y reservas naturales. Allí en campings y cabañas pude dormir a pierna suelta y recuperar tiempo para ponerme a contemplar y pintar de nuevo. Dimos largos paseos para llegar a cascadas remotas y cráteres humeantes. Visitamos termas de aguas que salían ardientes de la tierra. Cocinamos al calor de la hoguera y todo invitaba a quedarse charlando hasta que se extinguía la última brasa. Estos días han sido la mejor despedida de Chile, un país al que estoy muy agradecido en sus Jesuitas y en sus gentes por tanto bien compartido.


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