La primera noche fuimos a Carelmapu a ver la procesión de la Candelaria, allí llevan a la virgen en barco y tras recorrer la bahía, los buzos del pueblo la reciben en el agua con antorchas acompañando el barco de la Virgen hasta que la llevan al puerto donde esperaba la imagen de San Pedro.
En la plaza, entre avemarías y aplausos de la multitud que celebraba con fervor la noche de las antorchas, varias parejas bailaron cuecas en honor de la Virgen y luego llevaron las andas a la capilla donde los buzos recibieron la bendición para el año próximo. Aquellos hombres de mar, ajados por años de duro trabajo tenían la mirada perdida de aguantar la brega cotidiana en la presión de la profundidad, pero esa noche vestían con orgullo sus trajes de goma negra gastada como su piel cetrina.
En la plaza, entre avemarías y aplausos de la multitud que celebraba con fervor la noche de las antorchas, varias parejas bailaron cuecas en honor de la Virgen y luego llevaron las andas a la capilla donde los buzos recibieron la bendición para el año próximo. Aquellos hombres de mar, ajados por años de duro trabajo tenían la mirada perdida de aguantar la brega cotidiana en la presión de la profundidad, pero esa noche vestían con orgullo sus trajes de goma negra gastada como su piel cetrina.
El resto de la semana en la isla fue muy tranquila, ideal para recuperar el sueño perdido, para rezar, descansar en la playa, jugar a las cartas y seguir visitando los alrededores de Puerto Montt. Como esta capilla construida por jesuitas hace más de tres siglos. El acrónimo del nombre de Jesús - IHS - inscrito entre tejuelas de alerce en el rosetón frontal es todo un testimonio de lo que antiguamente eran las misiones circulares jesuíticas en esta zona. Mi oración en estos días consistía poner delante de Jesús y recordar los rostros de los cientos de personas que conocí en las experiencias de enero: los Campamentos de Formación de Chinquío y Pirque, los Trabajos de Verano de Puerto Montt, la Formación para la Misión de los de CVX en Concepción, y finalmente los rostros de las gentes y los jóvenes de las Misiones en las Islas Desertores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario