Timalchaca


Entre las cosas más impactantes que he vivido está el acompañamiento de la peregrinación de los Bailes Religiosos de Arica al santuario de Nuestra Señora de los Remedios de Timalchaca. Este santuario está en la cordillera andina a 4.000 metros de altitud y los Bailes son cofradías que bailan delante de la Virgen durante tres días sucediéndose unas agrupaciones a otras en una experiencia de religiosidad popular cargada de devoción. Respecto a la altura del santuario, puedo decir que no sufrí el soroche, el mal de altura o que tampoco me "apuné" como dicen allá, y todo gracias a una hierba llamada chachacoma, que fui tomando en infusión desde unos días antes. La tal hierba sabe amarga hasta dejarte el gaznate como la suela de un zapato. Yo decía que su infusión era adictiva porque nada más tomarla ya estás sufriendo al pensar cuando la tomarás de nuevo. Entre broma y broma la gente allí me apodó Pepe Chachacoma. Todo un bautismo para un padrecito extranjero.

Otra de las peculiaridades de este santuario es que allí conservan muchas de las tradiciones y costumbres de los Aymarás. En la foto me veis haciendo la "pagua" que es una ofrenda que consiste primero en incensar la imagen y luego echarle por encima hojas de coca, otras veces es con algo de vino o aguardiente, pero entonces, antes de beber, derramas un poco a los pies del altar en honor a la madre tierra (Pacha Mama).

En la foto podéis ver el final de la procesión justo en el momento de entrar la imagen en el Santuario. Los estandartes que están a la puerta del templo son los que representan a cada baile al igual que los bailarines nunca pueden dar la espalda a la Virgen. Lástima que no oigáis el sonido de las bandas y los petardos, su música me acompañó día y noche durante los tres días allá.

Existen muchos tipos de Bailes Religiosos, y suelen estar relacionados con grupos tradicionales o con grupos sociales marginados o perdedores. Así tenemos los Tincus, los caporales, los morenos de paso, los morenos de salto, los gitanos, y un largo etcétera que he ido conociendo a lo largo de este mes en Arica. Los Jesuitas han sido asesores religiosos de los Bailes durante muchos años y este año Nelson, recién ordenado, ha sustituido a Eugenio, un jesuita de origen norteamericano que llevaba 20 años acompañando a los bailes a los tres santuarios marianos de la zona. Añado algunas fotos para que lo conozcáis mejor, pero esto hay que vivirlo de cerca. Porque lo más impresionante ha sido la acogida de la gente y el cariño que me han dado desde el ejemplo de su devoción. Para ellos rezar es bailar y es un honor bailar delante de la Virgen. Fuimos allí sin nada y ellos nos lo dieron todo.

1 comentario:

Laura dijo...

Ya veo que estás rodeado de colores, canciones y gente estupenda. Que alegría!

Un abrazo enorme