Talagante


Talagante es el pueblo cercano a Calera donde voy los fines de semana a celebrar la fe. En este país hay una auténtica escasez de curas y siento que el ser sacerdote es algo valioso que tengo que compartir con todas las comunidades posibles. La parroquia del pueblo, que podéis ver en la foto de arriba, atiende además a seis capillas que se extienden por los barrios. Todo lo atiende un párroco, así que en cada sitio sólo pueden tener una misa al mes. Os podéis imaginar que me reciban con los brazos abiertos cuando llego. Además ahora, Luis, el párroco, ha estado enfermo así que le hemos suplido más en misas y confesiones.
Para que os hagáis una idea, os cuento como fue el fin de semana pasado: el sábado por la mañana tenemos clase y estudio. A las cinco de la tarde fui con Roberto y Thomas a Talagante. Allí cada uno dijo misa en una capilla. A mi me toco ir a la capilla de Santa Gemita que ahora está en obras, así que celebré en el local social del barrio. Luego volvimos para las confesiones en la parroquia, estuvimos tres horas confesando a los 120 jóvenes que se van a confirmar la semana que viene. Terminamos a las once de la noche, cena y a dormir. Aunque a las doce sonó la alarma del cementerio y tuve que ir con el párroco. Habían robado parte de la megafonía.
Al día siguiente fui a otra capilla, Pascua de Resurrección, a decir misa y luego confesiones en la parroquia, otra hora y media. Al terminar, tuve la alegría de celebrar un bautismo muy especial. Julian el hijo de un matrimonio turco, refugiado en Chile. Se habían acercado preguntando si hablaba inglés y me contaron su historia, habían tenido que salir de Turquía y pudieron bautizarse y casarse en Malta. Ahora estaban acogidos en Chile y el bautizo de Julian era todo un signo de vida para ellos. Me alegré mucho de poderla compartir.

1 comentario:

F. de Pablo dijo...

Hola hermano,
soy Fernando, y te leo y te tengo presente. Me alegro mucho de poder verte. ya sabes mas que yo de bloggeo....que verguenza, hasta el graznido este del animal que da miedo. Te mando un abrazo desde la aburrida oficina. Miren, Teresa, Juan, y Manuel van bien, no paramos.